Lo más valioso que poseen las corporaciones son sus marcas y éstas dependen completamente de la imagen que proyectan. La percepción de las cosas es siempre un tema complicado de evaluar, pero es justo en este punto donde los negocios se generan o se destruyen.
Los usuarios del siglo XXI han dejado de perseguir el estatus que brindaba la marca para exigir que ahora sean ellas las que aporten beneficios reales a la vida de la gente. En un mundo donde somos capaces de generar nuestros propios contenidos y formas de entretenimiento, los “profesionales” deben redefinir lo que producen y los amateurs destacar del grupo al que pertenecen. La competencia es implacable y al mismo tiempo tenemos espacio para todo y para todos, estamos expuestos más que nunca a una cantidad increíble de información y es imperante administrar nuestros recursos personales para seleccionar qué y cómo acceder a las cosas que nos interesan.
Posicionar una marca es más que nunca tarea titánica, pero sobre todo estratégica. Es necesario redefinir a las audiencias y sus preferencias, para encontrarse de nuevo cara a cara con el consumidor.
En esta batalla interminable de imagen, el branding debe clasificarse por esfuerzos y targets. Uno de los más interesantes es el employer branding, relacionado con la forma en que los empleados perciben la marca para la que trabajan. El talento humano dentro de las empresas es finalmente el elemento diferenciador en la competencia para poder dominar mercados. Los corporativos lo saben y es necesario detectar, atrapar y mantener al personal valioso que ayude a estos objetivos.
En los mundos virtuales, las ferias de trabajo no son tema nuevo y constituyen un interesante canal de acercamiento con un particular tipo de personal. Las bondades de internet y los excesos tecnológicos permiten que la detección de elementos potencialmente valiosos sea más sencilla (obvia al menos) dentro de las últimas tendencias existen entrevistas a ejecutivos que evalúan el desempeño de sus futuros empleados dentro de los juegos en línea, como el WoW (World of Wordcraft) para determinar así su nivel de liderazgo, organización y comunicación con grupos de gente a su cargo.
Las redes sociales, los entornos tridimensionales, la web 2.0, todos los elementos se conjugan para detectar y medir mejor las habilidades de los futuros empleados.
Dentro de Second Life, empresas como Ikea y Philips desarrollan programas piloto de diseño y evaluación de producto para hacer un análisis completo de resultados y medir no sólo la efectividad del resultado, sino el proceso mismo de diseño, además de entablar una relación con los creadores, estas “entrevistas de trabajo” no tienen precedentes y cuando son exitosas generan una empatía absoluta entre el individuo y la marca.
Más allá de la cacería de talentos, estos mismos espacios virtuales sirven de foro para que los consumidores de la marca recomienden o condenen las bondades y defectos de los productos que existen ya en el mercado. Todo el mundo está escuchando, todo el mundo está opinando. Una campaña televisiva no rendirá nunca más los resultados que había podido antes del nuevo siglo. Es responsabilidad de las empresas y los medios entender todo cuanto sucede y actuar en correspondencia, o simplemente perecer en el intento.
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